El pasado 16 de octubre, tras muchos encuentros bilaterales, llamadas y mails, por fin pudimos encontrarnos en el Palacio Aiete. Allí llegamos los equipos de Mundubat y Brigadas Internacional de Paz (PBI) que habíamos venido trabajando en la iniciativa y los/as representantes políticos y técnicos de los municipios con interés en conformar la red de protección. Habíamos estado trabajando mucho para que llegara este día y, para que negarlo, estábamos un poco nerviosos/as.
Como dijeron Eneko, presidente de Mundubat y Miriam, responsable de sensibilización de PBI, en esta jornada nos proponíamos abrir un espacio de encuentro donde poder analizar las posibilidades de una red municipal de protección y, si decidíamos que íbamos a por ello, avanzar en la definición de actividades de cara al primer foro itinerante que pretendíamos que tuviera lugar en noviembre.
Para ponernos en situación y acercarnos más al ámbito del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Isabel Lima y María Gutiérrez presentaron su investigación, llamada “El deber de protección” donde analizan el deber de los Estados de respetar, proteger y realizar los derechos humanos, y como esta responsabilidad recae también sobre todos los poderes públicos (ejecutivo, legislativo y judicial) y las autoridades públicas sea cual sea su rango (nacional, regional o local). Esta investigación resulta de especial interés en el caso de la conformación de una red municipal de protección ya que nos habla sobre como las Entidades Locales, dentro del marco de sus competencias, pueden desarrollar medidas específicas en materias de protección, aprovechando además su posición aventajada de cercanía con el tejido social de los territorios.
La inciativa de Herri Babesarea está inspirada en la experiencia de Cataluña llamada Ciutats Defensores dels Drets Humans, así que durante todo el proceso de germinación y consolidación de la idea en Euskadi hemos venido escuchando con atención los consejos y bebiendo de la experiencia tanto de la Comissió Catalana D’Ajuda al Refugiat como del Fons Català de Cooperació al Desenvolupament, a quienes agradecemos enormemente su desinteresada colaboración. Era entonces el momento de que Toni Royo, del Fons Català, nos entusiasmara hablándonos de la experiencia en Cataluña.
Tras su intervención, ya sentíamos la conformación de la red en Euskadi era posible, que era tiempo de probarnos, de generar un modelo propio, de confianza; un momento para conocernos y ver que redes podemos tejer cumpliendo con nuestra obligación de protección de quienes defienden los derechos humanos. Así lo dijo Mónica, responsable de derechos Humanos de Mundubat, que centró su intervención de las virtudes de una red como espacio de encuentro ante la situación de gravedad de vulneración de DDHH y la demanda de trabajo que requiere de esfuerzos coordinados; de lo municipal como ámbito fundamental para recuperar el espacio de actuación de la ciudadanía y la solidaridad en las esferas locales; y la protección como centro ante el incremento de la situación de vulnerabilidad y el aumento las demandas de seguridad física, de asistencia legal, de atención psicosocial, de cuidados y de salidas inmediatas de defensores/as en situación de especial necesidad y riesgo.
Era el momento de conversar, de exponer nuestras dudas y certezas, de alimentarnos mutuamente y de empezar a definir las diferentes propuestas de acción que teníamos sobre la mesa. El espacio de diálogo coordinado por Miriam de PBI fue el escenario perfecto para eso. Salimos de Aiete con una agenda de trabajo conjunta y con mucho camino por recorrer. Esto es solo el principio.